22 diciembre 2006

Los reyes de la colina

¡Yaditza, Pons, Capi, Fredi, John, Julio y Melitza en el sofá lírico!

20 diciembre 2006

Augusto de Campos - Poesía concreta (Brasil)

a fede

Un culito para lo poético

Anales de un culo
No hay papel suficiente para escribir su historia.
Poemas de culo, Vértigo, 1999

Memorias de un culo
a Manuel Otero

Y culeando voy, no fuese de otra forma:
Espero sentar cabeza donde este.
Poemas de culo, Vértigo, 1999

Autobiografía de un water
Estoy con el culo al aire.
Poemas de culo, Vértigo, 1999

Raúl Pérez Cobo (Priego de Córdoba, 1971), poeta, dramaturgo, ensayista y webero piensa que "La poesía es una cama cargada de futuro". La poesía de Raúl huele a Quevedo por abajo, por el sur, tiene la luz milagrosa de Berceo por el norte, la parafernalia e imaginería del siglo XXI por el oeste y la rima atea, ácrata y cachonda por el este. Es una poesía que desconcierta, jode, apesta, da por el culo, pero también serena, ilustra, divierte, asombra y cura de los dolores del cuerpo y del alma. Otra cosa: Raúl es un mago de la palabra. Magia que demuestra en los breves, pero intensos comentarios en su Web inculatorias y en sus colaboraciones en Almacén. Tomemos posiciones: ¿Poesía para el alma o poesía para el culo? Definir la poesia de Raul es como si quisiéramos definir el sexo de los ángeles. Es una poesia mas “desacralizada” una poesía atea, maldita, pero poesía. Una poesía para bajar a los infiernos.
hb

En: http://www.librodenotas.com/almacen/Archivos/005876.html

18 diciembre 2006

Matemos al payaso ahora encima de la mesa

Telegrama. Punto. Cambio a beta. Punto. Amigos no pueden escribir. Punto. No hay manera de matar al beta. Punto. Si no puedes con el enemigo, ¡confúndelo! ¡Punto!

La Casa

14 diciembre 2006

Sonido de lo innombrable


ser con él sumerigo en ´ti
cuerpo con cuerpo
poblando ese deseo plural
ser yo con él estando en ti
él remonta, yo desde arriba
con tacto desciendo
en este sabor de tierra
el tuyo de hierba
nosotros con priamvera
confesando desde cada nombre
el muro, el fondo
lo húmedo saciándose en nosotros.

París, 13-5-81, Manuel Abreu Adorno

13 diciembre 2006

10 diciembre 2006

Pinoshit

" adiós que te vaya bien y que te pise un carro y que te pise un tren..."

final de la rock & pop, radio chilena, por cuatro a cinco horas de transmisión a raíz de la muerte del dictador. otro delicioso discurso de canciones emblemáticas.

07 diciembre 2006

Una seudo-reflexión de tuberculis


Yautía Escritores Incorporated resume su visión de la olla literaria puertorriqueña.
Especial para La Casa Naranja


La literatura puertorra deviene en una fritolera magnífica. De momento tenemos poetastro(a)s de callejón y barrio, cantando madrigales y sonetos al amor oscuro. En otras ocasiones surgen mandriles con sus filosos dientes a hacer patria desde las tribunas de las esquinas más posmo de nuestra insularitis. Los más se quedan como los tres monos: ni oigo, ni veo ni digo. Pero los que mayor se engrasan en la basofia y el bembé literario nuestro son aquello(a)s que esperan los elogios (¡y los hacen, coño!) como en quinceañero de marquesina. Reciben los golpes en el pecho y se abren un hoyito extra en la retarguardia en son de bienvenida sadomasoquista. Válgame Dios, si no fuera por lo yautía que soy, me rendiría a los placeres de la bulimia en cada canto a sí mismo que se hacen estos payadores de tercera. La isla sufre tortículis (con todo y enema incluida) cada vez que algunos de estos energúmenos de la palabra y el horror lee una retahíla de gusanos y miramelindas. La veo así, pujadita, como cuando la empanadilla de Piñones ha incluido en sus nutrientes el raticida de Doña Fela. Entonces considero, yautía al fin, que los platos están en otra onda, mal ubicados en la etiqueta carreñista, que las repercuciones de este desjueyado andar, este meterse pa´trás, reaccionismo pedreriano, firulística lejanía del Novel hasta de la paz, esguince parnasiánico de mayombe y papas fritas, nos nos lleva, sino, miserablemente, a comernos las (h)e(c)es cuando hablamos y repetir la historia como caimancitos mordiéndose la cola. Señores, que la grasa se respeta. Entre los que se halan los pelos por mordiqueos políticos (típica maña endémica de la isla) hasta los que resucitan a la pobre Julita con todo y alcoholismo incluido no nos queda sino decir sobre nuestra literatura de alcapurria tal como lo diría Borges: "No nos une el amor sino el espanto; será por eso que la quiero tanto."
Yautía Primera

04 diciembre 2006

Otra del perro girondiano


Ya más aliviado de sus instintos amatorios, Spy postea este video para las amigas que le mandaron muchos abrazos y besos. Caribeño y caripelao al fin, mueve su cola como todo un macharrán borinqueño, a lo Ricky Martin y saluda ¡Guau! en boricua.
La Casa

01 diciembre 2006

Voy a dormir

Para un final a dos manos

a rey andújar por su excelente trabajo experimental

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

Alfonsina Storni

Busco Novia


Espantapájaros para perritos con perrita en celo dentro de casa

No sé; ni me importa un pito que mis perritas tengan senos como mamaderas para cachorritos o huesos de chuleta desabrida; un pelaje de jobo trasnochao o de papel de lija amaestrada. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento amoníaco o con un aliento de pulgas de circo. Soy perfectamente capaz de soportarles un hocico que sacaría el primer premio en una exposición de Pedigree o de marca genérica; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan gemir. Si no saben gemir ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Para Spy, en solidaridad con su inusual naturaleza amatoria

27 noviembre 2006

Formas






Dime acaso una forma
y te diré quién eres.

26 noviembre 2006

Marat asesinado

France was in danger and the Revolution was in peril. The Committee of Public Safety had just been created. The Reign of Terror had begun.
Marat, Robespierre's friend, a deputy to the Convention, and editor-in-chief of L'Ami du Peuple, was a fiery orator; he was also a violent man, quick to take offense. Some saw him as an intransigent patriot; for others he was merely a hateful demagogue.
On July 13, 1793, a young Royalist from Caen, Charlotte Corday, managed, by a clever subterfuge, to gain entry into his apartment. When Marat agreed to receive her, she stabbed him in his bathtub, where he was wont to sit hour after hour treating the disfiguring skin disease from which he suffered.
David, who had been Marat's colleague in the Convention, saw in him a model of antique "virtue." The day after the murder, David was invited by the Convention to make arrangements for the funeral ceremony, and to paint Marat's portrait. He accepted with enthusiasm, but the decomposed state of the body made a true-to-life representation of the victim impossible. This circumstance, coupled with David's own emotional state, resulted in the·creation of this idealized image.
Marat is dying: his eyelids droop, his head weighs heavily on his shoulder, his right arm slides to the ground. His body, as painted by David, is that of a healthy man, still young. The scene inevitably calls to mind a rendering of the "Descent from the Cross." The face is marked by suffering, but is also gentle and suffused by a growing peacefulness as the pangs of death loosen their grip.
David has surrounded Marat with a number of details borrowed from his subject's world- the green covering, white sheet, and wooden packing case, and he has also added a few others, including the knife and Charlotte Corday's petition, attempting to suggest through these objects both the victim's simplicity and grandeur, and the perfidy of the assassin.
The petition ("My great unhappiness gives me a right to your kindness"), the assignat Marat was preparing for some poor unfortunate ("you will give this assignat to that mother of five children whose husband died in the defense of his country"), the makeshift writing-table and the mended sheet are the means by which David discreetly bears witness to his admiration and indignation.
The face, the body, and the objects are suffused with a clear light, which is softer as it falls on the victim's features and harsher as it illuminates the assassin's petition. David leaves the rest of his model in shadow. In this sober and subtle interplay of elements can be seen, in perfect harmony with the drawing, the blend of compassion and outrage David felt at the sight of the victim.
The painting was immediately the object of extravagant praise, then, returned by the Convention to David in 1795, it was rescued from obscurity only after his death. Misunderstood by the Romantics, who saw in it only a cold classicism, it was restored to a place of honor by Baudelaire, who wrote: "This is the bread of the strong and the triumph of spiritualism; as cruel as nature, this painting is redolent of the Ideal. What then was that ugliness which Holy Death so quickly erased with the tips of her wings! Marat can henceforth defy Apollo, Death has kissed him with her loving lips and he rests in the tranquillity of his metamorphosis. There is, in this work, something at once tender and poignant; in the cold air of this room, on these cold walls, around this cold and funereal bathtub, a soul flutters...."

Un tributo a la muerte, una conmovedora sorpresa. Había posteado ciertas cosas mías y las he borrado, sin valor, puro polvo. Esto, pese al anonimato y los siglos, no pudo sino choquearme y desprenderme. De Jean Louis David, "Marat asesinado". El que se identifique con este cuerpo, que se reporte, y presto. Faltan almas malditas en el solsticio.

25 noviembre 2006

Pavo Lírico

¡ Zuly, Juanito, Carlitos, Rey, Capi, Kattia, John, Fede!
¡Poetas on board!

21 noviembre 2006

Fluvia


Fluvia, su madre, termina de empujarla suavemente del lecho mortuorio. Y sin más remedio (incluido la falta de apetito) despega de la cama sin hambre ni sueño.

La cocina se encuentra desmoronada, llena de trastes y ollas acumuladas. No son problema de limpieza, es que hay veces que la cocina es la casa en la que todos beben, fuman, cantan, lloran, pelean, suspiran y duermen a su alrededor. La cocina. A Rocío le parece que tiene la personalidad de un hipopótamo fofo. Pero es una percepción errónea. Los gabinetes desmembrados, cayéndose a cantos, están viejos y es difícil reconocer la grasa de la pintura añeja. Las cortinas de las ventanas pertenecían a una época anterior, más psicodélica e ingenua que estos tiempos modernos. Pero lo que desafía todo contorno y proporción son los platos en el fregadero, la torre de Babel, los cuales acumulados en una masa amorfa y dispareja de platos, vasos y ollas se parecen más al Himalaya que al entorno de una familia de clase media empobrecida y adeudada puertorriqueña. Lo maravilloso de ellos no es ver que estén a todas horas allí, sino que desaparezcan por unos instantes para renacer como el ave fénix, de inmediato, sucios y usados. En la cocina, sólo dos cosas permanecen estáticas, sin movimiento ni tiempo, los cuchillos escondidos debajo de la estufa y el eterno caliente de las hornillas, vivas y candentes, como los gnomos debajo de la ceiba, las veinticuatro horas al día haciendo galletitas Keepler. Quizá la percepción de un hipopótamo fofo no es errónea del todo, lo erróneo está en llamar fofo a un gigante en movimiento con olores a orégano, ají, pimiento, cebolla, ajo y frituras, calabaza, jamón, tocineta, pan, azúcar y café, plátano, huevos, pimienta y el fermentado maví. Una colosal fiesta soñolienta en las mañanas tranquilas del trópico.

Fluvia prepara el desayuno. En la cocina reina una dinastía de hollín que data desde los comienzos de la casa. El calendario de La Nueva China marca todos los días con cumpleaños, fechas, citas médicas, días de cobro de jubilación, días de pago de cuenta los más. Fluvia lanza el huevo sobre el aceite negro. Piensa que no hay mejor plato que el que se sirve en su propia grasa. La casa anda por el mismo mood. Por ella andan las caras en retratos de todos los conocidos, de los perros, de los conocidos de los perros y de los perros conocidos y familiares. Todos colgados a la pared. La casa es tímida, por eso no tiene paredes desnudas. El sofá está envuelto con sábanas contra el polvo; la butaca está enterrada en la esquina también. Hay una lámpara de palillos de helado, sorprendida en la esquina, cercana al balcón. En el comedor, donde sólo está sentada Rocío y Luigito, hay una mesa de tope de mármol juanadino que está arropada con un mantel amarillento de Kmart, de plástico, que esconde un mantel barato y de tela blanca. Más abajo está el mármol juanadino, que no lo dejan respirar ni en sus días de fiesta. Rocío no lo recuerda, por eso levanta el plástico y luego el mantel para recrear como era, como es, ante la mirada curiosa de Fluvia. Vive intacto. Para él no ha pasado el tiempo, para él sigue siendo 1975.

sonia marcus gaia. marcolungo (novela inédita)

17 noviembre 2006

En calidad de estos 36 años que comienzan

Sonia a los 5 años. 1975. Foto seguramente tomada por su padre Don Miguel Rivera Nigaglioni.

nueve de noviembre del 99

feliz cumpleaños, me digo
porque aunque la tristeza acecha mis momentos
como un lobo a su caperucita
tengo una casa confortable recortada sobre un cielo con gaviotas
varias plantas de hojas desmedidas
un par de asustadizos peces rojos
dos gatos con nombre de persona
un puñado de dinero para ir tirando
y otro de amigos con los que hablar de un puñado de cosas

Mientras tanto
a trescientos metros mal medidos
de mi festejo sin algarabías
un tipo de cuarenta y nueve años
natural de la república argentina
y del mismo barrio donde yo nací
hace un montón de años
salta por la estrecha ventana de un cuarto piso
para estrellarse como un huevo fresco
sobre la superficie asartenada del asfalto

Casi un final sangriento de ópera italiana
a cien metros escasos del pequeño y antiguo
teatro del Liceo

No sé si los diarios sacarán la noticia
porque hoy se conmemora la caída del muro
que nunca fue de acero
y todos pensarán
en consignas trasnochadas
en el fin de esa guerra que llamaron fría
cuando acaso sólo era incruenta
en los ladrillos abatidos
por los certeros golpes de un montón de manos
de unos cuantos picos

Ya los sé,
no es ninguna noticia trascendente
que el hijo de unos pobres griegos que no hicieron la América
termine como una señal de alerta para perros hambrientos
en medio de una calle con nombre de marqués:
la piel fría como la cáscara de un huevo
las alas desplumadas
rotas
los huesos derramados como lágrimas
y la cabeza convertida en una caja abierta
desguazada
vacía para siempre de todo pensamiento

Muerto
fatal e irremisiblemente muerto
después de recibir
cuatrocientos noventa golpes de la vida
cuarenta y nueve certeros golpes de la suerte


Dante Bertini
marzo de 2002, Barcelona

13 noviembre 2006

Queen Ely & the Socks lingerie band

Leyendas de reinas: (1)Isabel "tenía algo que la incapacitaba para el matrimonio", posiblemente una malformación genital lo que motivó el rechazo español a la candidatura inglesa; (2) Isabel "cuando murió tenía pares y pares de calcetines, uno sobre otro. Tirado su cuerpo sobre los almohadones que acomodaba en el suelo, tuvieron que sacárselos con un cuchillo filoso. La piel, adherida a la lana, se le desprendía".

Stock. Primera capa de la cebolla. La putrefacción stocking band se come con la vista curiosamente (a)(la)(gata) muerta a su lado, pese a sus siete vidas frustradas. Un hilo redobla la pierna inferior estrangulando una vena ramificada entre las demás capas. De suerte Ely nunca se bañó. (A)(la)(mala) una vez al mes despilfarraba su melena roja debajo de la ducha. El nudo escarlata tapaba el desagüe. El quinto pelo se asoma entre el Támesis y el Atlántico. Dichas excentricidades dejémoselas a las putas de Notredame. El memento de Drake, olor salitre, se le cruzaba entre las límpidas y lanudas cejas. Hijo de puta/ Hijo de la gran mar. Recuerdo gulp-morbo-nostálgico de María Estuardo en la horca. A esa también le gustaba el baño. Puta afrancesada. Stock. Segunda capa de la cebolla. Los almohadones tirados sobre su cuerpo, metidos entre sus piernas, caminando sobre su cama, esparcidos por el entrepecho, redundantes sobre su cabellera alborotada, petrificados bajo su culo, amor(d)azados entre su lengua, intactos hace siglos bajo su cadáver. Plumas de ganso acolchonadas, suaves, como piel de lagarto amaestrado. (A)(la)(sazón) un olor a vieja pulpa expele mi vieja grasa de collarines y lentejas. Vieja gata de alfombra sobre el cuerpo de Ofelia. A esa también le gustaba el agua. Puta flotante de esperma. Stock. Tercera capa de la cebolla. Mujer frente a un imperio. Imperio femenil. Imperio de plasma lunar. Mechones carmines que pululan gotitas de escarcha y sangre. Imperio allende los mares. Skakespeare in love, ultrajado de bambalinas y terciopelo púrpura. Imperio reina sobre calibanes y papiones. Mafia isabelina de disentería y negros sin alma. Imperio (a)(la)(mar) sobre barcos y aguas tropicales. Mi dominio imaginario de cotorras chamuscadas y locas de intramuros. Mi imperio por una cebolla. Stock. Cuarta capa de la cebolla. (A)(la)(carte) el mundo gira en círculos de creyones y caca. Lutero transcribe la Biblia en mapudungún germano. Queman el tratado de la comedia de Aristóteles los jesuitas del Iguazú. Los cardenales patricios afilan sus uñas sobre el maremoto abierto en la boca de Lucrecia, soleada en Cancún. Un martes por la tarde Torquemada azotará la faz atormentada de su verdugo en La Habana. Los templarios protegen a la diosa Magdala enterrada en Miraflores. Los primeros indios llevan pancartas con reclamos republicanos: Go home Colón, y llévennos con ustedes. Los segundos indios a caballo vamo´ pal monte a hacer la revolución. Oscurantismo cool, para principiantes. Ely avizora su catadura en el espejo violado por Blanca Nieves. A esa le gustaban las manzanas con alcachofas. Stock. Quinta capa de la cebolla. Y se hizo la luz. Artemisa juega con sus pinceles mientras uno de ellos se le pierde entre las entrenalgas. Cervantes busca su mano con su linterna y se le viene arriba su inexistencia castrada. Sub-comandante Anacaona (a)(la)(cena) corre cuando quiere andar, la noche es para un largo viaje y hay que llegar. Eva come bananas en Tombuctú. Ely se come las uñas. Por una cabeza te arranco la vida. Stock. Sexta capa de la cebolla. Un dedo congelado de rana escuálida recorre el miembro muerto del padre anfibio pensando ay que chiquito. El frío ancestral le sube a las rodillas y le late en aquella concha donde es más roja su cabellera, me late, me late, me late el corazón, tengo taquicardia, ay, sí señor. Resuélvase con un palo de escoba introducido en la columna vertebral, rásquese la traquea hasta engendrarle un cayo del tamaño de una poma y aprenda la mitosis, por favor. La soledad del hermafrodita, que mira su doble sexo, imaginarios o reales y sueña con ser indivisible. El poder siempre será falocéntrico. Stock. Séptima capa de la cebolla. Aferrada a sus mil y un almohadones, los felinos de Ely rodean su mirada acrática y se desvanecen por el salón. Encabronada por no haber identificado la ambigüedad del sexo del occiso, la Muerte la sodomiza y le quita una a una cada par de calcetines de seda, entre piel, pedazos de cuero, pelos, llagas, gangrena, bilis, secreción, sangre, reflujos, lombrices, pedazos de carne, hasta llegar a siete. Su número de la suerte. God save the Queen.

06 noviembre 2006

Los maestros del amor

Los maestros del amor (El pelo quinto) - La Trifulka
Canción con abulia, inercia y mucha testosterona. Una cancioncita perdida en los bajos mundos de los bares latinoamericanos. Una joyita olvidada de los rincones de Guayaquil. Disfrútenla.


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05 noviembre 2006

Nuestra América Parte I



Las próximas canciones que serán subidas (si la conexión y el castpost no les da la chiripiorca) estarán delineados bajo la misma idea de América. Estas próximas canciones que iré subiendo son agrupadas para el lema: canciones para la unidad latinoamericana.

La Casa.

04 noviembre 2006

La sonrisa close-up de Martí.


Cheeeeese. Flash. Y la quijada se reventó contra el suelo. Segunda versión. Ink Light Version. Acústico Flow. Cayó de cóccix, semi-sentado, Antonio Oliva, alias El Mulato, le cercena el tórax de cúbito supino. Ángel de la Guarda que corre como puta con la noticia sometida en el culo. Martí ha muerto. Nueva York titila a lo lejos. Macandal Moch Pit para la Sierra y los mambíes. Cultural Rave en la selva y el cogote. Prefiero verte muerto a verte vil. La tierra recorre las incisiones de empastada con amalgama. Mellao y muerto, fracturado, muerto orificado, como sus dentelles. El doctor Zayas-Bazán, patriota de la boca de Martí reportó que " había perdido hacía algún tiempo el incisivo central superior izquierdo y el lateral del mismo lado se hallaba en tan mal estado, que fue necesario la desvitalización y reparación de la raíz para insertarle un diente artificial sobre espiga. Esa incisión no pudo hacerse …" El colmillo o la vida. La camada de hongos disparando en Dos Ríos. El Maestro, espiga sangrienta, enterrado en fosa común. De legado a la tierra, varios molares. Freud catapulta su bocanada abierta en un grito de Munch. Castración 001, básico a medio. Un mes más tarde la putrefacción es perfecta según los médicos forenses. Un pie dance hall se retira a la altura del hombro. Crucifícate en bikini, te ves más sensual así. Doce años más tarde, un nicho es perforado. Se examinan los restos. Se colocan en una urna. Se les hecha un voto de abstención, una de silencio, otro de mordaza. Aceite y vino. Y cáliz de mi sangre, que fue derramado por todos ustedes para el perdón de los pecados. Afuera un diente es rebuscado, auscultado, trastrabillado, desencajado, vuelto a presentar en sociedad. El Hijo lo pide, el Gobernador se lava las manos como Pilatos. Estrella solitaria de calcio y azufre. Emilio Bacardí Museum, Balseiro Company desde Santiago de Cuba. Ocho piezas faltantes en el tablero. Dos piezas empastadas por amalgama. Un pieza sobre espiga. Un muerto fracturado. Y un muerto orificado. La pieza #23 yace chat-tónica, catatónica, catastrófica, atrofiada en una vitrina. El tablero de ajedrez apunta al Caribe violento. El caballo negro pretende, ahora, comerse a todos a dentelladas. Monalisa se muere en Ocho Ríos. Palito Ortega remasteriza La sonrisa de Mamá. Un lumpen es sacrificado a golpes en la provincia de Matanzas. Mañana habrá arroz chino en dientes de dragón para la cena. Martí posa para la Muerte. Una sonrisita, por favor.

02 noviembre 2006

Existencialismo para niños.

Hello my Baby; Hello my Darling. Quién no se craqueo los sesos de pequeños con este sapo cantor que todavía a finales del siglo XX seguía cantando las mismas canciones de cuando se hundió el Titanic. Si no lo recuerdan hagan cita: se les olvidó pasar por el departamento de infantes. Y si lo recuerdan. Háganla igual. Necesitan(mos) volver al jardín preescolar para que nos lo borren. Mírenlo bien, es el culpable de que nos comamos las uñas.

Estoqueada/Escapada (Ah, que tú escapes)

En el día de todos los muertos



Ah, que tú escapes en el instante

en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.

Ah, mi amiga, que tú no quieras creer

las preguntas de esa estrella recién cortada,

que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.

Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,

cuando en una misma agua discursiva

se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:

antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados

parecen entre sueños, sin ansias levantar

los más extensos cabellos

y el agua más recordada.

Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses

hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,

pues el viento, el viento gracioso,

se extiende como un gato para dejarse definir.

José Lezama Lima (cubano)

29 octubre 2006

Sótano Tour Live in Concert

John Torres

Honorable discharge
(Inclosión honorable)


Escapar es siempre un pase al origen.
Deleuze

En el momento preciso escaparé
por la ventana de su vientre.


Juanmanuel González

Primera confesión

no te lo voy a negar
desde hace no sé cuánto tiempo
siento la extraña tentación
de oler tu ropa interior
y acostarme con todas tus muñecas…


Amarilis Tavarez

Olvídalo

Olvídalo.

Ese espacio vacío entre mis jeans y mi piel
está tomado.


Juliocesar Pol

Utopía

La luz necesaria.
La libertad precisa
y la negociable.
La salud, el techo
un poco de pan
y tú.


Federico Irizarry

Imago Mundi

Entre el poder extremo
y la masturbación

no hay diferencia alguna:

el hombre termina
ejerciendo su soberanía

a solas.

Ternuras aéreas



un avión cruza el atlántico llevando consigo 150 personas que no mirarán sus rostros por temor a verse en un espejo. otro avión, hacia occidente, se dirige al pacífico con 200 turistas armados de cámaras fotográficas. otro más tropical y primitivo, levanta vuelo pesado hacia la ciudad de los rascacielos con 300 personas a bordo que lo sobrecargan con neveras llenas de pescados frescos, cajas de plátanos y postales paradisíacas. uno de ellos sale del polo sur, tan sólo para un encuentro romántico con groenlandia mientras varios de ellos, pequeños y febriles, se estrellan en las rocallosas. he de preguntarme entonces: de todas esas líneas paralelas cómo pudimos cruzarnos en el camino tú y yo.



(demonios en la linterna, 1999)

27 octubre 2006

No existen


NO EXISTEN FILÓSOFOS ESCÉPTICOS -magister
.....................dixit-
LOS ESCÉPTICOS ESTÁN EN LAS TABERNAS Y EN
.....................LOS BARES
Así decía PQRST, joven catedrático,
una tarde de abril de 1999
OYE KANT EN QUÉ TE BASAS PARA DECIR QUE
................EXISTE ALGO QUE NO SE PUEDE CONOCER
¿KÓMO KONOCES, CAN'T, LO INCOGNOSCIBLE?
Ké noúmero ni noúmero
SÓCRATES ERA UN REO
ESOPO ERA UN ESCLAVO
DIÓGENES UN MENDIGO
Ah qué vida ésta
Llorar abrazados al cuello de los caballos
lágrimas sifilíticas
retorcer el pescuezo de los pollos,
EL PESCUEZO DE LOS JÓVENES POLLOS,
cocinados desde niños en la muerte
Ah qué vida ésta
YA SE ACABÓ LA FILOSOFÍA MODERNA
Caminar con las piernas y pulmones,
agotar los oxígenos y espacios
Caminar abrazados a los pollos,
PEdir pERdÓn en NoMbRe dE la EsPeciE
Ah qué vida ésta
YA SE TERMINÓ LA FILOSOFÍA
ya se terminó
la filosofía
¡YA! / Hemos terminado
Nos vamos
El último -ese último último- el último apaga
LA LUZ.

Monserrat Alvarez (Zaragoza, 1969)


(Para más delicatesen buscar en: http://www.letras.s5.com/ma101006.htm)

24 octubre 2006

1000 huevitos fritos

dentro de la grasa y el bembé, la sartén o la espatula, he llegado a los mil huevitos visitantes. uno a uno me los he comido y saboreado entre el calor asfixiante de la isla, el cañaveral yermo de los matorrales del sur, entre mangós, vacas y ron destilado. las letras, los poemas, los cuentos, los textos, los pretextos, los ambidiestros y las parafernalias han desfilado en este modelaje de blog que a más de uno debe haber ayudado a una buena digestión incluidas dos o tres visitas al baño. disculpándome por lo antes expuesto, se supone que la línea paralela del conflicto bloguero supone mil batallas de arroz y habichuelas, el tecleo indispuesto de repartir a diestra y siniestra los avatares de la literatura actual y personalmente, sacudirse dos o tres malas pulgas del alma. freír y reír. digerir y almorzar. siestar y maronear las palabras para que no seamos un arroz a caballo, sino esperma viva en sonido de victrola. con una yema calculadora y naranja que salpique y genere en pollitos. suena tierno, pero no desfallezca, no lo es. ya habrá más aceite quemado para escribir. si la albumina, socarrona como es, nos lo permite, y de paso, nos deja mojarnos con algo de charlatanería en el pan duro de la existencia.

pa´l kuru, juyir y demás yemas (en boricua)

Días contados


Si supiera contar mejor, o hasta diez (que es suficiente), diría que vivo con los días contados. No es que me convirtiera de la noche a la madrugada en una tierna asesina que enamora escarabajos bajo la luna. Tampoco es que haya decidido embarcarme en un viaje del carajo a las islas Galápagos en clara intención de escapar, por aquello de haberle robado a los días varios bacanales y otros cientos de trasnochadas. No, no es nada de eso. Lo que me acerca al final es mucho más simple y cotidiano y no por ello menos mortal: la tristeza que embargan mis propiedades corpóreas cada vez que deshojo el almanaque.
Desde que tomé conciencia del poder de deshojarlo con cada día que pasaba, la vida ya no tuvo el mismo modo de mirarse. Los días pasaban a grandes zancos, a patadas, brincando o arrastrándose por el suelo, dormían, fornicaban o se detenían sin ton ni son. El lunes, por ejemplo, voló hace una semana atrás, dejándonos con una modorra sólo superable con la trasnochada del viernes. Ni hablar del martes, que se volvió tan loco que consideró convertirse en un mártir de la causa y en su estilo muy kamikaze se lanzó con todo y bomba dentro de un centro comercial en la hora de más ahorro. Antes de morir declamó todas las consignas socialistas más conocidas, improvisó varios sonetos no muy originales y, ni modo, suspiró por última vez con la Internacional. El que menos esfuerzo me causó de arrancarle fue el miércoles. Sentado, el muy papanatas, se sentía como todo un rey Midas, esperanzado de ser la mitad de un huevo, y bromeaba: "¿Quién soy? La yema, la yema soy." Y la barriga se le resoplaba y la mira en mi ojo cortante advertía el justo medio donde partir en dos el tiempo que no era nada porque no era ni principio ni final, en dónde lanzarle la primera bala, certera como sus propias necedades. No hubo necesidad de nada. El pobre no resistió que llegase alguien más alegre y joven que él, así que terminó en las bohemias de los miércoles de entertainment guy tipo Las Vegas, con gabardina verde y compartiendo con dos o tres viejas que le pedían las canciones de Sandro de América. Fue sustituido por el jueves pre-sexy-social. Este, contrario a su antecesor, me causó algo en la semana que no pude tragar con facilidad, como cuando el gusano de la tequila se lanza en un clavado perfecto a través de la tráquea y ya no sabes si lo recibes ahí por pura lujuria o incompatibilidad emocional. Era tan chico, tan inocente, tan jovial, tan alegre. Reinaba entre todos. No se embriagaba como el viernes, que de puro escape corría desnudo e inconsciente por las calles de la ciudad. Menos asqueado, menos libertino que el sábado, se iba a escuchar tangos en la Plaza de Mayo, regresando a la hora advertida por el último trago, que no pasaba de las doce. De seguro mataba de la risa al domingo, cuando éste, aburrido como era, hablaba solo desde su galería. Usualmente hablaba del sábado y del viernes, que por degenerados deberían sacarlos del calendario y el jueves lo escuchaba y le daba palmadas gentiles sobre la espalda y le decía que después de todo, todos seríamos sacados del calendario y siempre como el ave fénix volveríamos a surgir de las cenizas y el pobre domingo, con sus eternos vientos de cuaresma que me hacían sentir como si estuviera en la vieja instantánea familiar que se muere de nada en la sala, se lo creía todo porque el jueves era y será un chico con mucha labia.
Es lunes otra vez sobre la ciudad. Y aclaro que tengo los días contados. Pasan sobre mí como una aplanadora y sin seguros de vida en favor de accidentes imprevistos. Con cierta nota alcaloide, en sus ojos veo toques de revancha que me miran y me deshojan, y los muy bichos se ríen y me señalan morbosos y se mueren de la risa.

22 octubre 2006

Solidaridad

¡ Educación para todos, coño!

En solidaridad con los estudiantes del colegio Lastarria. Que los dejen volver a clases. Copien el lema: Ideia zabaldu, difundan la idea, los 44 son UNO. Escriban y reclamen al Ministerio de Educación de Chile, Alameda 1371, Santiago-Chile Teléfono: (56-2) 390 4000 (En Chile). (En el extranjero) http://www.cse.cl/public/Secciones/seccionGeneral/home.aspx

21 octubre 2006

Segunda colección de Los perros


No estoy, no soy, no pertenezco
vago de lado a lado como un gran gusano negro
Mi corazón tiene sus propios piojos
mi historia es un collage de perros viejos
que no ladran por temor a desaparecer
(Mario Meléndez)









Escribir poemas. Cocinar comida para empresas ... Pasear perros: puedes hacerlo en tus tiempos libres si es que te gustan los animales ... (publicidad web)



está desnuda y nada la sacia
abre cajones sin sentido
enciende el fuego en la chimenea
regaña a las criadas
y al fin temible, con el hocico temblando,
se echa desnuda en el sofá,
abre las piernas
se palpa los senos de lengua húmeda
mece las caderas
golpea con las nalgas en el asiento
ruge, en el espasmo.
(Cristina Peri Rossi)

Es angosta la puerta
y acaso la custodien negros perros hambrientos y
guardias como perros
por más que no se vea sino el espacio alado,
tal vez la muestra en blanco de una vertigionsa dentellada.
Es estrecha e incierta y e corta el camino que promete
con cada bienvenida,
con cada centelleo de la anunciación.
(Olga Orozco)

Cómprese un perro y llévese el segundo a mitad de precio. (Chiste de Readers Digest)


esto ocurrió al mismo tiempo
un oleaje de nostalgia invadía las camas del país
y las parejas entre sí se miraban como desconocidos
y el crepúsculo era servido en el almuerzo por padres y madres
y el dolor o la pena iba vistiendo lentamente a los chiquitines
y a unos se les caía el pecho y la espalda a otros y nada a los demás
y a Dios lo encontraron muerto varias veces
y los viejos volaban por el aire agarrados a sus testículos resecos
y las viejas lanzaban exclamaciones y sentían puntadas en la memoria o el olvido según
y varios perros asentían y brindaban con armenio coñac
y a un hombre lo encontraron muerto varias veces

(Juan Gelman)

20 octubre 2006

Los perros

El animal como narrador tiene en la literatura una tradición netamente moral: su punto de vista ligeramente extraño al mundo humano le permite juzgar a las conductas con ecuanimidad. (Pablo de Santis)
En Perros de México creemos que la cultura del perro se conforma de no solo de las normas raciales de los perros y gatos ni de toda aquella información como estética y cuidados, creemos que esta cultura se extiende mucho más allá, expresiones artísticas como la pintura, la fotografía, la escultura o el dibujo en el campo de las artes visuales o la poesia, la narativa, etc (Perros de México)
Los perros ladran pero la caravana pasa (antiguo proverbio árabe)
Los perros bailaban y ladraban en los caminos desiertos. (Bradbury)
Los perros sólo acaban con perros. (Chinaski)

Estoy en un bar y alguien se llama Soni
El suelo está cubierto de ceniza Como un pájaro
como un solo pájaro llegan dos ancianos
Arquíloco y Anacreonte y Simónides Miserables
refugios del Mediterráneo No preguntarme que hago
aquí, no recordar que he estado con una muchacha
pálida y rica Sin embargo sólo recuerdo rubor
la palabra vergüenza después de la palabra vacío
Soni Soni! La tendí de espaldas y restregué
mi pene sobre su cintura El perro ladró en la calle
abajo había un cine y después de eyacular
pensé «dos cines» y el vacío Arquíloco y Anacreonte
y Simónides ciñéndose ramas de sauce El hombre
no busca la vida, dije, la tendí de espaldas y se
lo metí de un envión Algo crujió entre las orejas
del perro Crac! Estamos perdidos
Sólo falta que te enfermes, dije Y Soni
se separó del grupo La luz de los vidrios sucios
lo presentó como un Dios y el autor
cerró los ojos
(Soni, Roberto Bolaño)

17 octubre 2006

Nombrando a Gonzalo Millán


Pese a que un homenaje sincero no debería difundir lo conocido sino aquello que amplíe el conocimiento del poeta, no quise dejar escapar este poema de Gonzalo Millán como uno de los más esperanzadores en estos tumultuosos días que nos esperan. Esto por un hecho dentro de lo político, dentro de la amalgama de historias tétricas del mundillo literario, esto dentro de la memoria y el olvido. En esta increíble utopía nunca aparece el tirano. No es nombrado. Es, por antonomasia, el asesinato perfecto, el ajusticiamiento a la maldad, la venganza justa, quitarle el aura de protagonista y someterlo al sin nombre, al sinsentido, a la misma inexistencia.

Gonzalo Millán (1947-2006)

El río invierte el curso de su corriente
El agua de las cascadas sube
La gente empieza a caminar retrocediendo
Los caballos caminan hacia atrás
Los militares deshacen lo desfilado
Las balas salen de las carnes
Las balas entran en los cañones
Los oficiales enfundan sus pistolas
La corriente penetra por los enchufes
Los torturados dejan de agitarse
Los torturados cierran sus bocas
Los campos de concentración se vacían
Aparecen los desaparecidos
Los muertos salen de sus tumbas
Los aviones vuelan hacia atrás
Los rockets suben hacia los aviones
allende dispara
Las llamas se apagan
Se saca el casco
La Moneda se reconstituye íntegra
Su cráneo se recompone
Sale a su balcón
allende retrocede hasta Tomás Moro
Los detenidos salen de espalda de los estadios
Once de Septiembre
Las fuerzas armadas respetan la Constitución
Los militares vuelven a sus cuarteles
Renace Neruda
Víctor Jara toca la guitarra, canta
Los obreros desfilan cantando
¡Venceremos!

16 octubre 2006

Gases




El ruido de los vendedores de gas
La casona se la llevó la última crecida
Nunca supe cuál era tu pieza
Nunca supe cuál era la ventana oculta
(Jorge Tellier, Eras una candelilla en tu casa)

te elevas cual globo lleno de gas...
¿no temes que tu contorno reviente?
(Ignacio Almada. La luna)
y las conversaciones dejan el regusto
amargo de la intolerancia y los castigos,
el martini con gas de las tabernas
y el aroma festivo de los calamares.
(Juan Carlos Pajares Iglesias, No me dejes solo en domingo)
En tu angosto silbido está tu quid,
y, cohete, te elevas o te abates;
de la arena, del sol con más quilates,
lógica consecuencia de la vid.
(Miguel Hernández)

las palmeras enanas
el sonido en fuga de los gases
los lápices acomodados en bolsas
con afán de niño
con meticulosidad de legumbres
(Nora Méndez, Una muchacha triste)

En su ley de ecuaciones,
no consuela que solicite la combustión
determinados grados de temperatura
ni que dieciséis sea el peso atómico del oxígeno
ni que lluvia sea la reacción entre dos gases
ni que sean, salvo el mercurio
que sangra planetas de metal,
sólidos todos los minerales
si el quinto elemento se halla, por decreto, fuera de la ley.
(Luis Eduardo Aute, Cuarteto elemental uno)

Un aire, un aire, un aire
un aire,
no para respirarlo
sino para vivirlo.
-Gonzalo Rojaas-
Criador de truenos,
¿qué ja de importar hoy
tu aliento peripatético?
¿tus andanzas de hombre serio
que antepone el hambre al gas,
la muerte a las legumbres carminatitivas?
El mundo es arrebato de flautista,
carnosa crepitación de tufo desenterrado.
Fumarola seca.
Bocanada áspera de preso que se fuga
en lecciones de oratoria.
(Federico Irizarry Natal, Eco de Metrocles)

el no-decir, el engorde falso por anuria, verijas tensas,
henchimiento de subvientres, retención
de materia malsonante hasta el límite de toda disonancia,
gas no catalogado, papada triple y oleaje de grasa en torno al ombligo
gluglú de la panza hiperprandial,
cuando no
silencio tembloroso del vare’a consuetudinario,
las esferas de plenitud que el falso vacío puebla -
-o bien la caudalosa textorrea, la sanguinolenta críticolalia,
la hedionda prologorrea comprada,
el honestamente vendido articulillo en el honrosamente vacío suplementito;
ar-ti-culillo! ar-ti-culillo!
ar..
...
ti...
..
(Joaquín MoralesTRATADO DE [di]GLOS[S]AS SOBRE CLAUSULAS)



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11 octubre 2006

Los poetas


* * * *


En una esquina, marginados, el poeta maldito recostado a una de las paredes del Panteón observaba la hora como si fueran a escapar de espanto. Junto a él se encontraba deformando una revolución inconclusa un poeta guerrillero. Más atrás, los acompañaba una poetisa que danzaba hip hop entre adjetivos irreconocibles, preciosistas, llenos de duendes de caserío y canciones de nana trasnochada. Al lado estaba un poeta que se arreglaba la corbata de cuadros y enderezaba su gabardina crema añejada para los velorios con galletitas de soda y queso de papa en cuadritos. Otro poeta, esta vez mujer, habló del amor haciendo sufrir de cólicos a puro llanto al muertito de Bécquer. Otro más, excelso poeta, grandilocuente poetazo, hablaba de flamboyanes y ceibas, de amapolas y de madreselvas. Y los otros aguardaban, aunque aún no hubieran reconocido su veta poética, como en la fila de beneficencia pública, listos a escucharse lo mismo que cuando cantaban en el baño. Surgió en cuestión de segundos un poeta que limpiaba las lozas de mármol del portal con el trapero. En instantes, emergió de las sombras sanitarias un conserje que también era poeta, y además otra doña que salió corriendo hacia su casa a buscar parte de su repertorio cuando se acordó que también era poeta. Sus palabras volaban encendidas de sus bocas como la inequívoca bilis del peor catarro de Nerón, pero peor aún era considerar que se reunieran indemnes, esta caterva de microbios, en un solo cuerpo, un solo lugar, uno muy anciano, viejo y más que centenario cementerio de la ciudad: el Panteón de la calle Torre.


(fragmento de Marcolungo, nivola inconclusa e inédita, Sonia Marcus Gaia,1999)

Lito el tanguero



* * * *

Lito me ofreció unas servilletas. No sé por qué no hizo la menor mención sobre este único aspecto mío, de perro realengo y desmoronado por la lluvia, pero lo de las servilletas era suficiente mención para no importunar con curiosidades vanas al cliente, que al fin y al cabo era el que mantenía el lugar abierto. De todas maneras yo le explicaba, por aquello de no perder mi muy ponceña manía de las excusas, entre incoherencias, cómo me había mojado, la lluvia, eso de que en el sur el clima era una sorpresa, entre sus -júm, ajá-. Estaba mojada hasta los huesos. Caminó hacia mí, a pesar de sus años, con la sutileza (debo decir agileza) de todo un tanguero. Su ritual común: besarme la mano, ofrecerme lo mejor de la mesa y terminar mandando a su mujer que me sirviera una cerveza pues de apetitos comunes no padezco. Más bien me considero una abstemia de la comida. Me habló de ciertos temas dispersos y desapareció en la cocina preparando algo de comida para los que si llegasen con hambre del algo. No sé si consideraba que la mía era diferente, pero supongo que si lo comprendía se lo callaba muy bien. Mientras, tomando mi cerveza helada se me ocurrió pensar en los muchos que como él, inmigrantes que poblaron esta ciudad, olvidaban la trayectoria de sus propios demonios. Quizá creaban sus propios infiernos, o hacían residencia por pura genética con la ciudad, este purgatorio transitorio que significó para muchos extranjeros la ciudad señorial. Apareció Lito otra vez y me habló de Argentina, de los desaparecidos, de la política y de la pobreza. Todo porque le pregunté. Preguntar es un defecto hereditario del cual no he podido desprenderme aunque lo desease. Así encontraba al viejo pícaro, saltando de lado a lado a cada pregunta, a ver cómo se las ingeniaba para escapar de la nostalgia. Yo no soy saltarina como Lito. Yo soy Segismundo. Por eso abrí en una de las escapadas de mi viejo amigo de ojos melancólicos la mochila encontrando ese papelito floreado, marcado de errores, siniestro y tentador. Y lo leí con más claridad. Sí, el recital. Asistiría, ¿por qué no? De todas formas aquellos eran entremeses gratuitos. He conocido verdaderos genios en el arte de perseguirlos a través de las actividades culturales de la ciudad. Yo sólo era una aficionada. Lo mío era falta de verme no haciendo nada.

(fragmento de Marcolungo, inconclusa e inédita, Sonia Marcus Gaia, 1999)

Fragmento Inicial de una Nivola Caribeña


* * * *

Nunca sé lo que digo. Entre la influencia de Cioran, o el despertar del clásico tinnitus musicaloide que me acompaña desde los tiempos del sicoanalista, la idea del final me enternece y me mueve. Nos mueve a todos. Nos hace observarla, asombrarnos, tratar de comprenderla, luchar por ella, alé, alé, alé, embriagarnos con ella y suprimirla, como añorando masoquistamente ser interrumpidos en nuestras ganas de inmortalidad. ¿Y qué es la inmortalidad? -pregunto en el salón de clases-. El diccionario dice que es la cualidad de inmortal -contestan mis caníbales alumnos-. Pero como los diccionarios fueron inventados por burócratas telenoveleros -indago- la opción es detectar si en el vocablo anterior sale algo del contrabando predominante en estos lares en época de la colonia española y no me equivoco. Leo -la clase observa mordaz - que inmortal significa que no puede morir y se aplica a la persona o cosa que siempre será recordada y valorada. Y además, es una cualidad. Sólo aquí caigo en el sentido sobre lo inconsútil de lo que me circunda y cavilo que - mientras la clase me mira voraz- que esa integridad algún día incluso desaparecerá, que nada es inmortal, cualidad de inmortalidad, percatándome al soplo, con certeza, que me pierdo en ello -ellos conmigo-. Llegado a este punto, la idea de la muerte ya no significa lo mismo, bien a causa de una crónica agonía o al desparpajo de neuronas en este sacrosanto colegio, -en ellos-, en este proceso psíquico emocional, -en mí- que no me lleva -no nos lleva- a ninguna parte, como todo. Timbre de salida. Y la manada de búfalos sale como en días de carnaval. Yo con ellos. Y cada minuto –ellos conmigo- se inventan la vida a falta de recuerdos; -y yo- me imagino el mundo de lo desconocido, que sí es inmortal, cualidad de inmortalidad, y del más allá buscando un entendimiento más lógico y válido para que Dios o el Ser Supremo de turno me explique nuestra razón y obra en este espacio torcido del universo. Pero éste anda demasiado ocupado con sus propios demonios internos. El siniestro de Ferrero, en la etapa en que estudiábamos en la Facultad de Filosofía, una vez comentó que este mundo residía en la obra de un loco; un loco a nuestra imagen y semejanza. Florecían tiempos en que cada uno devenía en un dios y la competencia, digamos, pesaba necesaria; ambos crucificábamos lo que nos pareciera poderoso y nunca nos bastó siquiera con nosotros mismos. Yo, sin embargo, prefiero hablar de Dios como un suicida enamorado, por su extraña afición al dramatismo y las catástrofes. Dios y la muerte: una simbiosis del Yin y el Yang. Semejante introspección sé, me obliga a perder, a perder el control , a perderme y tomar la decisión de lanzarme, encaminarme, encaminarnos, a nuestro puente. Siempre hay un puente, llámesele túnel, paso, luz; píntese la metáfora que quiera, con aires de Rembrant o Picasso, si lo desea. Yo sólo sé que me inclino, fiel a mis abismos, por sobre el barandal de hierro que me separa a mí del vacío, al vacío de la creciente del río, la creciente movida por la ventolera, la ventolera que azota mi falda y la levanta lasciva. Se convierte en un pleno reconocimiento del lugar, ese catastrófico sentido de pertenencia mío que me lleva a buscar los orígenes de cualquier cosa, en este diminuto puente estructurado para la entrada y cruce del río Portugués al casco de esta vieja ciudad. Aunque, para ser sincera, ya que andamos de filosofías y diarios de muñecas, me resulta imprescindible descubrirme en este brazo turbulento de río, en ese espejo infantil de esa Alicia de los cuentos, en esta isla perdida del Caribe donde desde el situado mexicano algo se nos perdió porque nunca llegó a éste, que no es el País de las Maravillas, este pueblo sureño, víctima de su propio fantasma glorioso, en el preciso punto del planeta dónde sólo llueve a cántaros en las temporadas de más tristeza. Sin embargo, los conflictos climáticos, por su parte, me tienen sin cuidado. Yo sólo trato tan sólo de organizarme en este caos caribeño con el que no me identifico, pero del que soy parte, sin otro remedio que tirar de la corbata atada al cuello y esperar que me sirva de sustituto en la próxima ocasión. Por lo tanto, explicar mis motivos para estar aquí, a punto de lanzarme al río, sería sólo fácil de explicar si pensáramos que hablo, tan sólo, de un mero relato meteorológico.

(fragmento de la nivola inconclusa y inédita, Marcolungo)
Sonia Marcus Gaia, 1999

10 octubre 2006

¿Y Linda?


¿Y Linda? ¿Dónde estará? La pregunta late en el bolero. En presente. Como acaso un emblema de la búsqueda de la utopía perdida. Como un parche en sepia que manifiesta una razón válida de los rollos sentimentales en los que nos enfrascamos los latinoamericanos. En presente. La generación de los setenta, sí, esa misma que se atragantó todas las energías y sueños del mundo y nos legó este hueso masticado que es el siglo XXI, pensaban en el bolero como la metáfora de la utopía latinoamericana. Y aunque en estos días donde vivir parece un arte eso nos suena a una buena puñeta, digamos que, como maliciosamente hemos aprehendido a hacer, mejor virar el LP y rearticular el discursito setentero y maronearlo como nos parezca. En presente.

¿Y Linda? Desde que se fue en la época de las guácaras no la vemos. Como tampoco ideologías, utopías, y demás ías. Después de tantas esperanzas el ser humano se queda estupefacto mirando su propia mierda. Para colmo, como si no bastara con la ausencia, la comunicación, ni por radio, ni por messenger, ni por email, ni por carta, ni por señales de humo se da. No hay huella presente. Ya no podemos ni recurrir al clásico poster de las huellas que Cristo dejaba porque nos cargaba como bolsa de papas. Sabrá Dios cuántos pájaros nos estaremos metiendo en vena y azufre por buscar lo que nadie se encargó de dejarnos en el placard. Incluso, "Y sabrá Dios", esa nostalgia que expulsa Daniel, es una búsqueda quizá de nosotros mismos hace cuchucientos años atrás tratando de encontrar eso que nos fue. Es muy probable que la modernidad le hubiera inyectado al macho latinoamericano una noción de regresar a la utopía del vientre materno, pero a sabiendas que esos mismos recovecos insertan otras manifestaciones del amor más carnales que el regreso a la primera cámara de la vida. Cuando Pedro Flores (que recordamos como Don Pedro, el viejito simpático y canoso y no como el bohemio perseguido por la calles de Santo Domingo a puro navajada) escribió esta canción describía como pidió ver a la linda dominicana en su casa y su tía solterona la sacó inmediatamente a lugar desconocido ante la inminente llegada del dandy puertorriqueño. Sexo y utopía corren en estas letras sin tiempo para recordarnos algo que el presente se ha encargado que no olvidemos: lo imposible está fuera de moda.

¿Y Linda? Sólo esperemos que, por fin, se deje de gazmoñerías, y el cartero nos deje algo para nosotros, incluso los domingos muertos. Aunque sólo sea alguna estrujada postal desde el infierno.



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06 octubre 2006

El caso del idiota



Idiota de anteojos, pipa
y un artículo semanal
en un suplemento idiota
Idiota bien parado, trajeado
con celular y beeper
Idiota químicamente puro, sin mestizaje
Idiota de tercera y cuarta generación idiota
Idiota en un vernissage idiota
Idiota en un recital poético idiota
Idiotas rodeados de idiotas
y tú con tu lámpara psicodélica
en plena noche idiota: busco un idiota
¿Idiota intelectual o analfabeto?
Idiota que exhibe su título honorífico
summa cum laude de la nada, del silencio
cuando se trata de si Girondo o Vallejo
Idiota que se aleja hipersensible de la plebe
de la voz de los parias
Idiota que nunca se quema
incombustible seco putrefacto idiota
Todos idiotas
una población entera de idiotas
con una constitución pro-idiota
de un único artículo (no idiota) que prohíbe
prohibir la proliferación de la idiotez
la idiotez autóctona, plena, sustancial
Ven idiota platónico, dosifica tu idiotez pura,
de alta graduación, al menos con una idiotez atea
Chúpamela entera, así, idiota,
suavemente, idiota
Beberé tu sabiduría hasta su medular idiotez
Seré tu discípulo idiota que aprenderá a disparar
como chorro espermático copulante
mi idiota vena poética auténtica
ni clonada ni plagiada
es decir siempre idiota
pero idiota recensionado al fin
Idiota afectado, libidinoso, mujeriego, con auto
o en colectivo, idiota de gran futuro, idiota fotografiado,
perseguido, acosado, fotocopiado, editado, comentado,
envidiado, odiado, idiota-idiota
o en la frontera de la idiotez, sentado
sobre el bordillo de la marginalia y tu amante
inficcionada por los oídos con el canto de sirenitas
homéricas de un idiota humanista,
tu pobre, culona e indefensa amante
Muéstrame idiota el camino idiota
Prepárame idiota para una existencia idiota
Sí, idiota, sabemos de la actualidad
de idiotas caribeños, idiotas negros, idiotas criollos, etc.,
aun de la hermanita pequeña del gran idiota
por qué no un non plus ultra de la idiotez local
Sí, acepto tu copa de vino
Inclino la cabeza, servil, ante tu idiota
bendición iniciática
Yes, quiero ser un idiota paraguayo

Cristino Bogado (Dandy ante el vértigo, 2004)
*la división de las estrofas puede ser distinta o ninguna. Si es así Xtrino, grítalo ante el crimen.

Los pájaros

Los pájaros rodeaban los pequeños yerbajos de la sabana. Picoteaban el asfalto polvoroso de tierra y humedad rondando los últimos vestigios de la tormenta. Unos de picos rojos y largas colas negras culebreaban su pluma extendida, ese prieto dedo de Dios incrustado en el centro de su fondo mermelada. Algunos zigzagueaban en un movimiento pendular de la rama a(la) cual abandonarían por el gusano ahogado por las últimas lluvias. El tic tac de su reloj grisáceo avanzaba a(la) hora precisa en que el muerto flotaba y el pico se llenaba de aquellos minúsculos cadáveres esquisitos. Unos color albaricoque ejercían la marginación con la gracia del graffitero urbano, otros encerrados en el ghetto de la tórtolas circulaban el barrio sin conocer hembra ni sombra ajena al sitio. En las ramas los mozambiques cuchicheaban sobre la invasión gringa del 98 y lamentaban haberse convertido en omnívoros sólo por molestar a(la)s cabezas rojas. Más al fondo un perro levanta su oreja izquierda y alerta, descubre que su patio produce hormigas, gusanos, lentejas, huesos y mucha mierda. "Signo de mala suerte, dicen, signo de desgracia" recuerdo a(la) Vieja. Junto a él, yo escupo una cara de espanto. El patio está hoy cubierto de pájaros.

05 octubre 2006

En donde se cuenta de cómo la humanidad se reunió, discutió, se puso de acuerdo, involucionó y finalmente fue feliz viviendo de cabeza

o de como superar la muerte de las ideologías con estilo.

Virulo - Objeto Virulento No Identificado - Sátira-Musical cubana que ejemplifica el desbarajuste y acabose de las políticas-económicas mundiales en un desfile de modas, un baile de cucarachas y una seudo-fábula al modo de Waterworlds de Kevin Costner.


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04 octubre 2006

Ars



Entusiasmado

salí temprano en la mañana
a robarme el fuego de los dioses,

pero regresé tarde y lento
fumándome un cigarrillo.


Federico Irizarry Natal (Kitsch, 2006)