Los pájaros rodeaban los pequeños yerbajos de la sabana. Picoteaban el asfalto polvoroso de tierra y humedad rondando los últimos vestigios de la tormenta. Unos de picos rojos y largas colas negras culebreaban su pluma extendida, ese prieto dedo de Dios incrustado en el centro de su fondo mermelada. Algunos zigzagueaban en un movimiento pendular de la rama a(la) cual abandonarían por el gusano ahogado por las últimas lluvias. El tic tac de su reloj grisáceo avanzaba a(la) hora precisa en que el muerto flotaba y el pico se llenaba de aquellos minúsculos cadáveres esquisitos. Unos color albaricoque ejercían la marginación con la gracia del graffitero urbano, otros encerrados en el ghetto de la tórtolas circulaban el barrio sin conocer hembra ni sombra ajena al sitio. En las ramas los mozambiques cuchicheaban sobre la invasión gringa del 98 y lamentaban haberse convertido en omnívoros sólo por molestar a(la)s cabezas rojas. Más al fondo un perro levanta su oreja izquierda y alerta, descubre que su patio produce hormigas, gusanos, lentejas, huesos y mucha mierda. "Signo de mala suerte, dicen, signo de desgracia" recuerdo a(la) Vieja. Junto a él, yo escupo una cara de espanto. El patio está hoy cubierto de pájaros.06 octubre 2006
Los pájaros
Los pájaros rodeaban los pequeños yerbajos de la sabana. Picoteaban el asfalto polvoroso de tierra y humedad rondando los últimos vestigios de la tormenta. Unos de picos rojos y largas colas negras culebreaban su pluma extendida, ese prieto dedo de Dios incrustado en el centro de su fondo mermelada. Algunos zigzagueaban en un movimiento pendular de la rama a(la) cual abandonarían por el gusano ahogado por las últimas lluvias. El tic tac de su reloj grisáceo avanzaba a(la) hora precisa en que el muerto flotaba y el pico se llenaba de aquellos minúsculos cadáveres esquisitos. Unos color albaricoque ejercían la marginación con la gracia del graffitero urbano, otros encerrados en el ghetto de la tórtolas circulaban el barrio sin conocer hembra ni sombra ajena al sitio. En las ramas los mozambiques cuchicheaban sobre la invasión gringa del 98 y lamentaban haberse convertido en omnívoros sólo por molestar a(la)s cabezas rojas. Más al fondo un perro levanta su oreja izquierda y alerta, descubre que su patio produce hormigas, gusanos, lentejas, huesos y mucha mierda. "Signo de mala suerte, dicen, signo de desgracia" recuerdo a(la) Vieja. Junto a él, yo escupo una cara de espanto. El patio está hoy cubierto de pájaros.
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4 comentarios:
historia verdadera. me llevé un susto de muerte cuando vi tantos pájaritos diminutos y distintos en el patio de mi casa. inofensivos, pero en número amenazante. de lo único que me acordé fue de hitchcock y llamé a Fre para informale del raro suceso. luego estuve a punto de cerrar la ventana pero terminé arrepentido encerrada en mi cuarto.
s.
que señal será que además ambas hayamos escrito de pájaros en Octubre?
Cristina
En la primavera, aunque eso no exista aquí en el caribe, los pajaritos deben estar pololeando. Los nuestros son más viajeros, miran al sur y añoran otros tierras.
Siempre le leo, pero como tortuga que soy no he comentado nada. A ver si le digo ciertos pensamientos a(la)dos que tengo dispersos.
Abrazos,
Soni
Los pájaros nos sustituirán dentre de unos miles de años, nosotros seremos las iguanas de ahora y ellos, los reyes del mundo que vaya quedando.
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