22 enero 2007

Sobrepeso


Pienso que habita un hueco tan gigante casi de la misma densidad de la capa de ozono en mi complexión. subsiste allí desde la era mesozoica, fosilizado de los sinsabores del género humano. las dimensiones son inconmensurables (o inmediables) porque cada día se expanden a 100 kilómetros por hora. si sigo así tendré que usar tallas triple extra grande por el resto de mi vida, o peor aún, competir con la gorda más rolliza del circo más famoso del mundo. competirán nuestros propios pesos vivenciales, pero ya que el aire no tiene peso, perderé la suerte junto a la lotería, lo mismo que todos los viernes. y como se puede estar peor cuando todo empeora, me supongo que me sentiré conectada con el pejesapo que chochea alegremente en el estanque del jardín, quizás volaré entre las olas con un deforme y bello pez globo todo lleno de espinillas juveniles o, para colmo, a lo mejor serpentee sin control en las suaves profundidades del caribe convertida en un chapín de lo más gracioso. da igual. perpetuamente me ha gustado el mar. es el único lugar donde caben mis mortales suicidios. no quepa la menor duda, desde los acantilados más feroces donde se han estrellado gaviotas freudianas hasta las más calmosas playas, destinatarias de turistas y náufragos insaciables, hay espacio, no lo dude usted, para todos (dimensionalmente hablando).

De "Demonios en la linterna" Sonia Marcus Gaia (1999)

10 comentarios:

Le Mosquito dijo...

No puedo sentarme en el sofá. Quiero, antes de hacerlo o de salir corriendo, dar una vuelta por aquí.
Gracias por tu visita.

nancicomansi dijo...

¿no exageras un poquitín? ¿no tendrás en tu casa espejos deformantes de esos de feria? Yo te veo sana, sanísima y lustrosa como una manzana, y bella con tu complexión de diosa "plantereuse" ( así llaman los franceses coquetamente a las chicas con "carne"...) por Dios...no te quieras anoréxica, ma belle...

KuruPicho dijo...

Supongo que el abandono vil de algun vicio largamente cultivado ha motivado la expansión de la masa hacia los lados , la conquista del espacio por la carne humana, conozco fumadores que vueltos sanitos y sin tos endémica ahora patean las calles con una hinchazón flamante como si de un regalo de la Salud se tratara. Braudel dice que los comedores de verduras en los oasis saharianos tiene la panza hinchada mientras los que comen carne o lo que aparezaca son flacos y huesudos, paradojas de la dietètica y la estética, aparentemente...

Sonia Marcus Gaia dijo...

Le Mosquito: ¡Tuvimos invasión de mosquitos en La Casa! aunque veo que zumban con beneplácito y pican como caricias. Bienvenido. Zumbe cuando quiera por acá.

Nanci: Es el Caribe, que me hace verme múltiple. Pese a esas libritas jamás sería anoréxica. Me encanta mi canibalismo y mi grasa fecunda. Abrazos.

Kuru: El cigarillo es mi moira reinante. Si sucumbo al patetismo es pura diversión antropófaga. La expansión de mi masa amorfa humea y deshilacha quejas y sonrisas dentro de los límites de la contradicción. Abrazotes hermano.

besos a todos,
sonia.

Le Mosquito dijo...

Le Mosquito: ¡Tuvimos invasión de mosquitos en La Casa! aunque veo que zumban con beneplácito y pican como caricias. Bienvenido. Zumbe cuando quiera por acá.

Quizás, Sonia. Aunque a veces pico de verdad cuando me siento atacado. O tengo espejos que deforman demasiado, o la entrada anterior a esta la veo llena de veneno. No sé si está dirigida a mi, pero después de que visitases mi blog y al encontrarla, son muchas las coincidencias. Independientemente de que me encuentre identificado con ella (...) la leo como quien lee una bomba sin destinatario concreto, (así que puede estallarle a cualquiera).
Fue una desagradable sorpresa.

Sonia Marcus Gaia dijo...

Mosquito amigo. No se enoje. Quizá malinterpretó. Quizá yo me expresé muy a la manera tropical. Choque cultural, digamos. Esta casa tiene bienvenida la entrada a todos, sin polémicas aunque con muchos desparpajos, eso sí, tirando bombas y varios platillos a diestra y siniestra. No se pretende lastimar ni ofender, sólo articular una metáfora explosiva que reviente de confetti. Si le resulta desagradable, recuerde que este lenguaje es de tono suicida y masoquista, tan propio del caribe. Vivimos y celebramos la exageración. Nos matamos de la risa. El ajenjo va por la casa. Pero nunca atacamos, por ello seguimos siendo el paraíso tropical... :)

Bienvenido a La Casa.

Le Mosquito dijo...

Gracias, Sonia. El día que encontré esa entrada me enojé, y creo que es más sincero exponerlo a las claras que obviarlo. Es el respeto por todo y por todos lo que me ha movido a protestar. Quizás ya hayas leído en mi blog que lo consideré un linchamiento. Mira, amiga Sonia, que, unas veces por confusión, y otras por solidaridad, uno se siente ofendido por ataques de éste tipo. Es muy probable que me haya dejado arrastrar por la susceptibilidad, que es un padecimiento malo, muy malo. Hace unos días, y a cuento de una entrada del Detective Amaestrado, le comentaba algo así:

"Es probable que quien haya puesto la bomba no sea esa señorita que usted dice, sino, susceptibilidad. Susceptibilidad nunca sale de casa, y es por eso que siempre pone las bombas en el mismo sitio".

Así las cosas, me puse una bomba a mi mismo en éste blog.
Disculpa si te puedes haber sentido molesta. En lo que a mi respecta, eso que he considerado una bomba sin destinatario concreto me molestó. Ya te digo: me molestó por propio y por ajeno.
Un beso sincero y de disculpàs, si caben. Disculpas que repetiría en mi blog si lo estimas necesario.

Cristina Chain / Tijeras Turkas dijo...

Sonia: cuando vengas a chile te invito a comer comida árabe, pasteles árabes, un buen café turco y un dulcísimo pastelito...árabe. y engordamos juntas.
Abrazos de oso
Cristina

El detective amaestrado dijo...

Esas playas inmensas que tu sueñas...Llenas de gente que piensa en volar como las gaviotas freudianas

Sonia Marcus Gaia dijo...

Cristina:

¡Oh, el café turco en el Pío Nono, casi cuando se llega a Parque Zoológico! Todavía conservo un recuerdo gordo de aquel café. Creo que fue después o antes de la costillas de cordero con salsa de yogurt. En los días en que necesitaba ver a los papiones ejerciendo su autoridad, al oso blanco que se empancinaba y dormía boca arriba como un burgués. Santiaguito de mi corazón, cuando te volveré a ver, así tan sucio y serio, así tan mío y ajeno. Qué loco, ¿no? Debe ser tanto carrete, tanta buya, tanto Plaza Ñuñoa, tantos amigos que se me atraparon en la memoria y se me desaparecieron en mi huida, ¿o regreso?

Seguro que nos tomaremos un café juntas Cristi, ¡no lo dudes!, compartimos literatura y calorías. El café va por la casa.

Detective:

Como Segismundo, todo construido, todo sueño, todo dimensional, todo apabullante, todo circo, ¡todo!.

Abrazotes a ambos,
Sonia