En el fondo del cañito hay un suicida.(El negrito de J.L.González, of course)
(autoretrato: Sonia Marcus Gaia)
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Sobra la rutina en mi casa de siempre, retomo la osadía. Puedo decir que en el encuentro está una lágrima colgando su dolor en las perillas. La toco, no hay respuesta. La ira se avecina. LEDA GARCÍA (COSTA RICA)
Acerca de mí
Bajo la sombrilla (Fotomontaje hecho por Sonia Marcus Gaia)
"Los descabezados"
"Isla Agrietada"
"Enla espera"
"La Puerta de Al Lado"
"La rendija"
6 comentarios:
¿Qué es un cañito? ¿Un bebedor?
Ea..te echaba en falta...
Sonia querida, de verdad te echaba de menos pero todos tenemos nuestros ciclos. Yo que huyo y no huyo me dan ganas de poner "the end" a la ventana extraña que un día se me ocurrió parir.bellísimo autoretrato
Besos
Cristina
Fatalmente sugestiva!
Nanci:
Te debo la foto de tu bello collar pero como habrás leído en otra contestación anterior he estado enferma. Uf, con un stress para colmo horrible. Sigo bajo lo mismo pero con menos tensión. Mandarlo todo al cañito. En realidad hay una historia de José Luis González, un fenecido escritor puertorriqueño que se llama "En el fondo del caño hay un negrito". El niño negro, mirándose en el espejo del agua del caño (un manglar más citadino y metido en tierra) ve su reflejo y se lanza a conocer a su "amiguito". Triste historia. Esta sólo es una mala versión cínica. Pero está chévere pensar que es en cerveza que se lanza el suicida. ¡Le da tanta verdad al asunto!
Cristina:
Todavía no lanzo la toalla como los boxeadores. El blog sigue siendo un perfecto escape mental, pero he tenido poco tiempo. Sólo eso. El juego con la muerte siempre es una huída de ruiseñores. El afiche me pareció perfecto para representar a una moira ¡con capucha y cerveza!
Songo
La fatalidad, signo kitsch de nuestros tiempos, es reflejo trasnochado de que ya no servimos ni para las vanguardias. Por eso labramos la sugestión. Por lo menos nos queda esa gracia.
Abrazos a todos,
s.
Elegancia es la característica de Sonia Marcus Gaia.
Con salud, queremos verla, a la luz de su propia luz.
Y sembrada de demonios... siempre necesarios.
abrazos,
s.
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