27 agosto 2006

Sonia en declaración de emergencia nacional



Cargando una carreta de bueyes alguien una vez me comentó que mi cabellera rebelde al viento me traería pesadillas. Pero no le hice caso y omití los blancos que se deben rellenar en una solicitud de empleo. Sí me acordé que tendría que sonreír como una boca-bahía desde el alba hasta que la luna formara una noctámbula orgía. Entonces me serié y no volví a mostrar mis colmillos. Al final del tiempo descubrí que llevo el pelo corto y que se me achinan los ojos en cuarto-creciente ante el amor cortés. Entonces descubrí que había transitado una mentira. Corté los hilos en mis muñecas y me marché.

3 comentarios:

KuruPicho dijo...

Señorita MarcUs Gaia,el latinismo de su nombre ya hablaba secretamente que el motivo de su pelo le vendría al pelo para esta carraspera, que obviamente será encarpetada en los salones aúlicos de la burocracia. El pesidente de la república preferirá siempre ke usted siga aletargada y envanecida sobre los bueyes tirando su carreta. Alguna brizna capilar me ha llegado al ruedo de juegos de Jakembo, de modo ke rindo mis homenajes a la protagonista de tan contundente y vertiginosa experiencia . Saludos desde Asunción (creo ke linkearé este blog alegre y sabio)

Sonia Marcus Gaia dijo...

Gracias por sus agradables visitas a este horno de ideas descabelladas y maromas de pedicure. Son bienvenidos siempre que lo deseen. La Casa está abierta; nunca cierra con llave aunque las ventanas espanpanillen sus puertas como revista pornográfica. Se le exhorta a que revise si su cerveza ya se congeló en el refrigerador para abrir la botella de ron (acá cuando llegan dos se lanza la olla del sopón para cuarenta) y brindar, no faltaba más, cuando llegan los amigos.

Abrazos a ambos,
Sonia

KuruPicho dijo...

Ron con sopa, es la combinación perfecta cuando el caribe mira hacia el sur (paraguay). Imagino hibridismos y empatías sin fin.
Saludos